¡No es un secreto!
El miedo a hablar en público es una manifestación de ansiedad social.
Afecta del 75% al 80% de las personas (National Institute of Mental Health), lo que equivale a 3 de cada 4 personas, superando las fobias más recurrentes como a la muerte, la oscuridad o las arañas.
La glosofobia esta en primer lugar.
Actualmente se proyecta un incremento de los casos por las actuales dinámicas de la comunicación.
Esto rectifica la vigencia de este miedo y la importancia de actualizar los entrenamientos de oratoria.
Hoy debemos rescatar la sabiduría de los antiguos griegos y sumar aprendizajes de las nuevas dinámicas de la comunicación para ser concientes del fenómeno.
Así, las razones por las que se manifiesta con mayor intensidad el miedo de hablar en público en la actualidad.
Está relacionado a las nuevas dinámicas de la comunicación que traen su lado amable de la moneda y otro más rudo.
Les quiero contar alguna de las cosas que han estado pasando.
Un déficit de atención (attention span) en decadencia, tenemos cada vez más distracciones.
¡Sí, es real!
Cada nueva generación demuestra ser más distraída que la anterior.
Y esto sucede en parte por el acceso a las nuevas tecnologías y las transformación de los canales de comunicación.
Lo que ha reinventado la estructura y contenido del mensaje.
La duración de la concentración se mide como la cantidad de tiempo que podemos dedicar en una única tarea sin distracciones (Penn State’s SC200).
En el lado menos amable de la moneda, los estudios demuestran que nuestra capacidad de conservar la atención en un único tema presenta una disminución a tiempos tan bajo de 8 segundos.
Siendo superados por los 9 segundos que un pez común de acuario logra permanecer enfocado.
Por el contrario, el mismo estudio ha encontrado un incremento de más del 54% de la capacidad que tenemos de llevar varias actividades al tiempo o de ser multitasking (Independent, 2015)
Finalmente, en el medio de la balanza se entiende que el consumidor tiene acceso a una cantidad de información variada.
Por lo tanto, la disminución de atención puede entenderse como un resultado de la exposición y explosión de las redes sociales y la diversidad de formatos novedosos en el mensaje.
Esto no es algo que sea negativo, es implemente un resultado.
Pensemos que hoy el consumidor puede elegir qué ver y qué no, qué notificación desea apagar y cuál encender, a quién seguir y a quién no (Michael Brenner, CMO Marketing Independent Group)
Así, la oratoria y la comunicación de hoy exigen adaptarse a las nuevas velocidades de la tecnología y sus dínamicas.
Sin duda debemos saber lo que sucede con nuestro interlocutor -reflexionemos cómo nos gustaría que fuera el mensaje cada vez que nosotros seamos el receptor- para entender como potenciar nuestro mensaje.
Pensemos cómo estas dinámicas de la comunicación nos pueden inspirar y cómo desde los diversos canales podemos practicar diferentes estrategias con las cuales exponer el mensaje.
Un orador ya no es alguien perfecto.
De las reflexiones que mejor reúne los cambios del arte de la oratoria y cómo comunicar en medio de las nuevas dinámicas y la inevitable penetración de la tecnología, es la que resumió el colega Fernando Miralles en el Primer Congreso Internacional de Oratoria de la ECO con la frase:
«la comunicación se humanizó«.
Humanizar la comunicación significa entender que en la actualidad las personas esperan dinámicas sensibles y emocionantes en la comunicación.
Que la apertura de las nuevas tecnologías ampliaron las plataformas y lugares de exposición.
Que todas las generaciones se están encontrando en una vitrina virtual.
Y que quién no se vea humano, se verá distante o simplemente no será escuchado.
Para las personas que están venciendo su miedo de hablar en público o quienes son líderes y se exponen ante diferentes generaciones, les ayudará anteponer esta reflexión:
«seré yo mismo al momento de hablar» y así bajar cualquier nivel de ansiedad previo a exponerse.
Esto genera la oportunidad de proyectarnos como realmente somos y nos permite eliminar la presión de querer fingir ser otro.
Entregándole a nuestro cerebro más fortaleza y energía con la cual enfocarse en las demás cosas, por ejemplo la presentación.
Humanizar la comunicación significa presentarnos cercanos y reales ante el interlocutor.
Para ello, la empatía será un herramienta crucial que demuestra humildad y podría usarse a favor en momentos importantes de la presentación.
Por ejemplo, guardar unos segundos de silencio porque estas retomando una idea que se te escapó.
Nuestro público lo verá como algo normal y siempre entenderá que es una persona la que está al frente, que al igual que él no somos perfectos.
Sin importar la situación, las audiencias no esperan un gran orador distante e inalcanzable. Buscan a alguien con quien puedan conectar.
¿Cómo ganarle a las distracciones de nuestro público en medio de las nuevas dinámicas de la comunicación?
Construir la imagen de un orador humanizado y cercano ya es un buen inicio.
Pero al final del día estarás compitiendo contra la notificación de todas las redes sociales que acompañan a las personas desde su celular o cualquier otra ventana del computador.
Una noticia en desarrollo, el YouTuber de turno, las actualizaciones del influenciador, un meme que llega al WhatsApp y todas las plataformas que están bombardeando a nuestras audiencias con información.
Para ello te recomiendo ir siempre un nivel más y saber que tienes las herramientas para:
- Conectar y ser empático, esta es la gran lección de las nuevas dinámicas de la comunicación.
El público busca personas cercanas y reales, que muestras su humanidad y sentimientos.
Hoy mas que la perfección tiene más valor demostrar la imperfección, este es un mensaje que le dice al otro soy igual que tu, que así como yo lo logre, tu también lo puedes hacer.
Te invito a tomar acción imperfecta.
- Ser autentico y concreto, la originalidad del mensaje ayuda a que nos destaquemos.
Entregar sin rodeos la información y cumplir lo prometido en cada comunicación aumentará tu prestigio.
- Entregar contenido de valor, esto no va desmeritar tu trabajo, por el contrario, te posicionará como experto en el tema y aumentará tu reputación.
No debemos tener miedo a dar información.
- Interactuar con tu audiencia, abrir el diálogo romperá distancias con el interlocutor.
Usar las redes a nuestro favor para interactuar, abrir canales de preguntas al momento de estar en vivo y mostrarte accesible.
- Simplificar la participación, que esto no genere una carga emocional o distractora a tu público.
Por eso se recomiendan plantear preguntas de sí o no, de acción donde se invita a levantar la mano o escribir una palabra en el chat.
- No tenerle miedo a las distracciones del público:
Te invito a plantear de manera positiva el reto de sostener la atención de tu audiencia sobre todo lo demás y nunca suponer o subestimar los motivos por los cuales alguien atiende otros requerimientos.
- Existirán días mejores que otros, una victoria a la vez para recordarte lo dinámicas y heterogéneas que son las audiencias.
Hoy tu mensaje compite con el mundo entero.
- Identifica tu público, conocer los gustos e intereses de tu audiencia es clave.
Pues te dara una guía para dar forma y estructura a la manera como entregas el contenido.
- Emocionar a tu público, si en los primeros segundo de tu mensaje logras emocionar a tu audiencia, será aun mayor el rango de atención que esta te concederá.
Se puede recurrir a historias anecdóticas, al storytelling, al humor, a preguntas retadoras o información de gran impacto.
- Rompe la monotonía y reta el cerebro, para mantener al otro interesado debes tener cambios en el ritmo y la emoción del mensaje.
Puedes apoyarte en metáforas y contenidos gráficos que generen conexión entre la información entregada y tu mensaje, invitar a la interacción.
Al final.
Considera un entrenamiento en oratoria que te facilite practicar y practicar las técnicas aquí mencionadas.
Adicional:
Aprende a dominar los recursos con los cuales puedas:
- Estar un paso mas adelante que los demás
- Tener la capacidad de emocionar al 1000% a tu audiencia.
- Generar empatía con el objetivo de acercarlos a tu realidad.
El orador debe empezar por emocionarse a si mismo, preguntarse como me gustaría que me comuniquen esto a mi.
¡UN BUEN ORADOR NO NACE, SE HACE!